martes, 10 de marzo de 2009

TENIENTE

Vaya fin de semana amigos, y me lo quería perder. El dolor de oído más brutal que he conocido nunca ha destrozado el descanso semanal, y lo que es peor, aun no ha acabado.

Ayer estuve en el médico y después de mirar mi oído le paso el aparatito a una “becaria” que tenía a su lado, ella “diagnostico” que no veía nada raro, menos mal que el médico volvió a mirar y le dijo que sí, que tenía una perforación en el tímpano, ¿tan difícil será ver un agujero en el oído?. Un agujero amigos, tengo un boquete en mi oído y además de dolerme como si me pincharan pequeñas agujas, lo tengo absolutamente taponado y me encuentro Teniente por un lado. El médico me ha recetado un tratamiento de pastillas con la esperanza de que dentro de ocho días esto solo sea un mal recuerdo, eso espero, porque además son unas pastillas enormes que me dejan totalmente gilipollas, la vista se me va y me da algún leve mareo. En fin, que voy a pasar unos días algo anormales, aunque os digo la verdad, si veo que no me encuentro bien, a casita, porque si he venido al curro es porque sinceramente en mi casa no me hacían mucho caso, mis padres han desaparecido estos días llegando a las diez de la noche y yo no tenía a quien quejarme, y ¿Quién mejor que mis compis de la ofi para aguantar mis dolores de oído? Jejejeje.

En cualquier caso, ayer falte y parece que ocurrieron cosas imprevistas, pero seguro que Carlota os las cuenta con mayor detalle que yo. Sinceramente no tengo muchas más ganas de escribir hoy, siento que cada vez que hay un ruido algo fuerte, ya sea una puerta o el leve motor de un coche, me chirria el oído con punzadas de dolor fuertes, que no veas. La pregunta es ¿Aguantare entero el día de hoy? Os lo cuento mañana. Un saludo del tipo medio sordo que vela por vosotros a medias durante unos días.

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